La aplicación es un vehículo teledirigido, un robot equipado con un manipulador de 6 DoF, un sistema de vídeo y un sistema de medición a distancia. El rover se ha construido para condiciones ambientales similares a las de la superficie de Marte. Tiene que cumplir una serie de requisitos a menudo contradictorios: Poco peso, una estructura robusta y duradera, un funcionamiento impecable, largos tiempos de funcionamiento sin interrupción, un diseño compacto y muchos más. Por tanto, los brazos de suspensión y los muñones de dirección también se enfrentaban a retos especiales. Los componentes debían ser especialmente ligeros y, al mismo tiempo, capaces de resistir las condiciones ambientales especialmente polvorientas de Marte, caracterizadas por fuertes oscilaciones de temperatura. Dado que no es posible realizar medidas de mantenimiento durante el uso, también deben ser lo más libres de mantenimiento y lubricación posible.