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La automatización en el sector de la restauración, también conocida como automatización de cocinas o automatización de servicios alimentarios, puede abarcar todas las actividades, desde la selección de ingredientes hasta la preparación y el servicio de comidas y bebidas a los clientes. Los robots lineales de sala cogen los ingredientes de las estanterías, mientras que los robots de cocina los procesan. Los robots baristas retiran y sirven el café recién preparado. Y los robots delta montan una hamburguesa mediante pick & place.
Los movimientos giratorios, basculantes y lineales de todos estos procesos están garantizados por rodamientos, engranajes y componentes robóticos. Los denominados plásticos de movimiento son fáciles de implantar, no requieren mantenimiento y son rentables.
¿Cómo se presentan los ingredientes de forma segura y precisa para su posterior procesamiento? ¿Cómo llega el producto horneado de una estantería al mostrador de venta? Una posible solución son los robots de pórtico, que se desplazan a la posición correcta en una estantería como una unidad de almacenamiento y recuperación en logística, recogen el producto y lo transportan a la posición de dispensación. Además de estar libres de lubricantes y ser resistentes a la contaminación, la precisión y la ausencia de mantenimiento del pórtico también marcan la diferencia en este proceso.
La preparación está en el centro de la automatización de cocinas. Además de los robots de cocina, también existen los llamados robots delta, que ensamblan los ingredientes preparados pieza a pieza mediante pick & place. Por ejemplo, una hamburguesa se crea a partir de un pan, mostaza y ketchup, hamburguesa, queso y ensalada de forma totalmente automática.
La máxima prioridad es el cumplimiento de las normas de higiene. Los alimentos no deben contaminarse con los componentes de la máquina, como brazos robóticos, cojinetes y engranajes. La solución es el plástico de movimiento totalmente exento de lubricación y mantenimiento. Diseñados como sistemas modulares, permiten una automatización rápida y sin complicaciones.
La forma en que la comida preparada se entrega al cliente viene determinada principalmente por la distancia que ha recorrido el producto. Un robot barista, por ejemplo, puede bastar para transportar una taza de café desde la máquina hasta un mostrador cercano. La flexibilidad desempeña aquí un papel tan importante como la idoneidad para manipular alimentos. Si en un restaurante hay que recorrer distancias más largas, son adecuados los sistemas lineales en los que las bandejas de comida se transportan sistemáticamente a una mesa concreta.

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¿Cuáles son las normativas más importantes para los fabricantes de máquinas expendedoras del sector alimentario? ¿Cómo se puede ahorrar espacio de instalación ante una creciente gama de productos? En el blog de igus encontrará artículos interesantes sobre máquinas expendedoras.

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