En la competición Fórmula SAE, en la que participan universidades de todo el mundo, se construyen soluciones técnicas de carreras para competir entre sí. Formula Seven, una pequeña empresa formada por antiguos miembros de un equipo de la competición, comercializa las soluciones técnicas más exitosas y eficaces presentadas en esta competición.
Una de las soluciones técnicas surgidas de la competición fue un mecanismo de dirección con piñón helicoidal y cremallera para un prototipo de coche de carreras monoplaza. Como parte de la Fórmula SAE, había varios requisitos que debían cumplirse a la hora de crear el componente. En primer lugar, todo el sistema de dirección tenía que ser especialmente ligero para mantener el peso total del coche de carreras lo más bajo posible y permitir así que el vehículo fuera más dinámico. Los materiales debían ser especialmente fiables, es decir, debían permitir que el coche de carreras se condujera de forma segura y correcta a largo plazo, a la vez que se exponía a las elevadas tensiones de las carreras. Es especialmente importante que el mantenimiento sea el mínimo posible. Y, por último, había que encontrar una solución económica, por lo que el concepto se centró en el uso de componentes estándar.